Los restaurantes cuentan calorías
Recientemente se llevó a cabo una política pública, que se ha querido implementar desde el gobierno de Obama, donde la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) regulará que todos los restaurantes y sitios que vendan comida y tengan más de 20 sucursales, los cuales deberán de poner las calorías en todos los alimentos y bebidas que tengan disponibles.
Esto se hace con el objetivo de que haya una mayor transparencia con los alimentos que se ofrecen a las personas, para que tengan el poder de decidir de forma informada si realmente quieren consumir el producto o no.
Se sabe que esto no cambiará radicalmente la forma en la que la gente come, sin embargo, esto puede ayudar a que las personas sean más conscientes de lo que comen sobre todo cuando comen fuera.
Como se menciona en la publicación de esta noticia , Comer en restaurantes hace que comamos mucho más que si comiéramos en casa. La gente normalmente consume entre 20 y 40 por ciento más calorías cuando cuando come fuera de casa, por ello se cree importante que las personas sepan el número de calorías que contiene el alimento que están a punto de comer.
En un estudio del 2016 realizado por investigadores de la Universidad de Tuft que se publicó en la Revista de la Academia de Nutrición y Dietética (Journal of the Academy of Nutriton and Dietetics), se encontró que la mayoría de los platos que se sirven en los restaurantes de Estados Unidos contienen alrededor de 1,200 calorías; esto es más de la mitad de lo que muchas personas necesitan diariamente.
¿Esto hará que la gente coma más limpio?
Si ya conoces bien la filosofía Come Limpio, sabrás que aquí más que en enfocarnos en calorías nos enfocamos en colores. Esto no es porque las calorías no sean importantes; claro que lo son, tanto para bien —porque aportan energía— como para mal —porque un exceso de calorías puede hacer que subamos de peso—. Pero cuando nos enfocamos en las calorías no estamos solucionando el verdadero problema que afecta a la mayoría de las personas con sobrepeso y obesidad: la mala calidad de alimentos en la dieta diaria.
Un gran ejemplo de por qué las calorías no son el problema principal es el del pan blanco y el pan integral. Normalmente un pan blanco contiene menos calorías que un pan integral del mismo tamaño; esto se debe a que el pan blanco tiene menos nutrientes que el pan integral, como los carbohidratos y proteínas que aportan energía, que hacen que el pan integral tenga un poco más de calorías. Sin embargo, sabemos que aún así el pan integral es mucho más saludable que el pan blanco (dependiendo de los ingredientes que contengan que van variando de marca en marca). De hecho, el consumo de las harinas refinadas que encontramos en productos como el pan blanco están relacionadas con un mayor peso, a diferencia de los granos enteros o integrales los cuales se asocian a un menor peso.
Entonces no es tanto problema de las calorías, sino del tipo de alimentos que estamos consumiendo. Es cierto que la gente que no cuida su alimentación debe tener un mayor control de calorías para evitar un aumento de peso, pero aunque estén en su peso correcto, si no comen de forma limpia, natural y más basado en plantas , lo más seguro es que aún así tengan un riesgo alto de desarrollar enfermedades generadas por todos los contaminantes y por las toxinas que contienen estos alimentos altamente procesados o con una gran cantidad de productos de origen animal, azúcares refinados y sustancias
químicas tóxicas para nuestro organismo.
¡Sigue la filosofía Come Limpio y cuenta colores, no calorías!
Bibliografía:
-Belluz J. Starting Monday, calorie counts on menus are going to be mandatory. VOX. URL:https://www.vox.com/science-and-health/2017/11/10/16623590/calorie-count-menus-mandatory-2018.
Mayo 2018. Consultado el día: Junio 15, 2018.
-Urban, Lorien E. et al. Energy Contents of Frequently Ordered Restaurant Meals and Comparison with Human Energy Requirements and US Department of Agriculture Database Information: A Multisite Randomized Study. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics. April 2016; 116(4):590–598.
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